Jornada de Convivencia
El sábado día 28 de diciembre de 2013, celebramos en nuestro dojo una jornada de convivencia para compartir con familiares y amigos la práctica de este arte tan querido por nosotros. A tal efecto, preparamos con todo nuestro cariño una pequeña exhibición que, tras unas palabras de bienvenida, ejecutamos para nuestros invitados y en la que realizamos tanen hokei individuales y por parejas (todos juntos al unísono), seguidos por técnicas del programa, esta vez por turnos, una pareja cada vez. Completó la exhibición un tanem hokei usando shakujo (bastón largo) y una secuencia de técnicas realizadas por el shibucho (jefe de sección) y los tres alumnos menores de edad con que actualmente cuenta nuestra sección, quienes tuvieron una actuación muy destacada.
Después de esta presentación, el sensei preparó una clase especial para dar un conocimiento de primera mano sobre el Shorinji Kempo a nuestros seres queridos. En la misma participamos juntos kenshis y visitantes. Se trató de una práctica aparentemente sencilla pero muy completa, que permitió a todos los asistentes tomar contacto con los aspectos fundamentales del arte: Los fundamentos técnicos (kihon) más importantes, un par de técnicas goho («duras») con contraatques de pie y de puño para añadir variedad (ryusui geri y uchi uke zuki) y otro par de técnicas juho («suaves»), una representativa de nuki waza (escape, en este caso johaku nuki) y otra de gyaku waza (luxación, en este caso johaku dori).
Se mantuvo un magnífico equilibrio entre explicaciones y trabajo práctico, por lo que la clase fue muy fluida y todos los participantes se esforzaron y disfrutaron aprendiendo los conceptos. Después, el sensei ilustró con algunas técnicas avanzadas otros principios importantes como el kuzushi (desequilibrio) o el empleo de kyushos (puntos vitales). Al final de la práctica, se explicaron y practicaron algunas rutinas básicas de Seiho y, ya para concluir, se dieron unas pinceladas de la filosofía del Shorinji Kempo. Antes de abandonar el dojo, se repartieron unos recuerdos entre los más jóvenes.
Una vez terminada la sesión, fuimos todos a almorzar a un restaurante cercano, donde pasamos un rato muy agradable. Todo el mundo quedó encantado con la experiencia, por lo que no es descartable que siente precedente y termine constituyendo una tradición anual. ¡El próximo año veremos si es así!
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