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Si has pensado empezar…
…a practicar Shorinji Kempo, te puede resultar útil leer ésto:
1. ¿Es para tí el Shorinji Kempo?
Esta es la primera cuestión que debes plantearte. Es muy posible que no puedas obtener una respuesta definitiva hasta que no lo hayas visto y practicado durante algún tiempo. Aún así, podemos darte algunas pistas que te ahorrarán tiempo y esfuerzo para decidir si el Shorinji Kempo podría ser para ti, y también si tú podrías ser para el Shorinji Kempo:
1.1. Lo que no debes buscar aquí.
En primer lugar, el Shorinji Kempo no enseña a pelear o a «pegar». Si es eso lo que buscabas, hay otros muchos sitios donde te vas a encontrar más a gusto que aquí. Ciertamente, el Shorinji Kempo contiene una enorme variedad de técnicas «marciales», pero hay muchos factores que las hacen no deseables para los que quieren aprender a pelear rápidamente y con contundencia: Se trata de técnicas refinadas, difíciles de aprender, que requieren de mucho tiempo y esfuerzo antes de que se puedan ejecutar con un mínimo de eficacia y que, «para colmo», están diseñadas con la idea de hacer el menor daño posible. Practicar Shorinji Kempo para aprender a «zurrar» es como matricularte de Bellas Artes con el propósito de encalar una tapia: Una pérdida total de tiempo. Esto, sin mencionar que el instructor no te va a enseñar las técnicas si tu actitud no es la «adecuada».
En segundo lugar, y como continuación de lo anterior, el Shorinji Kempo no es un deporte de combate, ni de ninguna otra clase. No se trata de un deporte y por tanto no contempla el concepto de competición. Aquí no existen los campeones (y en consecuencia, tampoco existen los derrotados). Así pues, si eres una persona competitiva, si te gusta medirte con los demás y te emociona la sensación de ganar, éste no es sitio para ti, salvo que tengas intención de cambiar.
Después de leer lo anterior, tal vez pienses que se trata de una especie de «club filosófico» donde la gente viene a meditar y a compartir pensamientos. ¡Pues tampoco es eso!. Ciertamente, se debe meditar (un poco sentado y un mucho en movimiento) y pensar, pero no en el sentido que uno pudiera imaginarse. El Shorinji Kempo es una actividad positiva e intensa, que exige un considerable esfuerzo físico y mental, eso sí, dentro de los límites de cada uno.
1.2 Entonces ¿Qué es el Shorinji Kempo? ¿Qué me ofrece?
Pues en realidad, el Shorinji Kempo es varias cosas a la vez: Es un arte marcial tradicional y es también un Gyo, es decir, una práctica o una disciplina, como también lo son la ceremonia del te (Chado), los arreglos florales «zen» (Ikebana) o el tiro con arco (Kyudo). Por otra parte, no deja de ser una actividad física muy completa que involucra a todo el cuerpo. Para saber en qué consiste, mira este otro artículo de nuestro sitio web.
La finalidad del Shorinji Kempo es la de formar personas sanas física y espiritualmente: Individuos positivos capaces de conformar una sociedad mejor. A la vez que los dota de fuerza, valor y seguridad en si mismos, les hace desarrollar el espíritu de compasión y de justicia. Por tanto, se trata de buscar el equilibrio -uno de los principios básicos del Shorinji Kempo- en las diversas dimensiones (cuerpo/mente, fuerza/amor, dureza/suavidad)
La práctica del Shorinji Kempo proporciona básicamente tres beneficios: El desarrollo del espíritu, la mejora de la salud y la capacidad de defenderse. Además de éstos, cada cual puede encontrar otros muchos aspectos positivos: El trato con los compañeros en un ambiente de amistad y respeto mutuo, la evasión de los problemas cotidianos por la concentración que exige, el propio placer de la práctica, etc.
1.3. Yendo a lo concreto, ¿Como son las clases?
Las clases tienen dos horas de duración. Su estructura difiere de un día a otro porque el Shorinji Kempo es muy amplio y tiene mucha variedad de contenidos así como distintos sistemas de aprendizaje. No obstante, una clase «tipo» puede ser más o menos así (los tiempos son orientativos):
- Chinkon Gyo (10′): Una ceremonia en la que se recitan unos textos con los pensamientos, compromisos y propósitos fundamentales del arte y se hace una meditación en postura sentada (zazen). Esta parte es un acondicionamiento de la mente para iniciar la práctica.
- Taiso (15′): Ejercicios de calentamiento, movilización, fuerza y flexibilidad. El acondicionamiento es ahora físico. No se trata de una «gimnasia», sino de unos ejercicios preparatorios.
- Kihon (45′): Enseñanza de las bases técnicas. Los practicantes se sitúan generalmente en dos filas, con los más avanzados delante para que sirvan de guía a los principiantes. El instructor dirige la ejecución de los movimientos básicos (golpes, esquivas, desplazamientos, formas de ejecución individual, etc.) Unas veces se practica individualmente, mirando todos hacia el instructor y otras por pareja, cara a cara con el compañero.
- Hokei (30′): Trabajo de «técnicas» por pareja. Los kenshis se dividen por niveles y trabajan en parejas las técnicas correspondientes a la programación de su grado bajo la supervisión del instructor y con la asistencia de los grados más altos. A veces en lugar de Hokei se trabaja Randori (aplicación) o Embu (una especie de combates coreografiados)
- Gakka/Resolución de dudas (10′): Se reúnen todos los kenshis en torno al instructor. A veces se imparte teoría (bien técnica o bien filosófica). Otras veces se resuelven dudas o se tratan distintos asuntos de interés para el grupo.
- Seiho (10′): Por parejas, se aplican maniobras y masajes encaminados a equilibrar y reajustar el cuerpo después de la práctica.
2. Requisitos, trámites y horarios
No hay unos requisitos específicos para practicar Shorinji Kempo, más allá de un mínimo de salud exigible para cualquier actividad física. El nivel de intensidad en el esfuerzo se adapta individualmente a cada practicante, de forma que no hay unos límites concretos que superar. Si tienes algún problema de salud o limitación particular, puedes consultarlo con nuestro instructor.
La edad mínima actualmente está en los doce años. Esto es debido a que por ahora no contamos con un grupo específico infantil que nos pudiera permitir adaptar la enseñanza a los más pequeños. La duración y estructura de la clase de adultos no es muy recomendable para los niños porque les resulta excesivamente árida y cansada. Sin embargo, no hay una edad máxima (mientras que el cuerpo aguante…)
Practicamos tres días por semana, durante de dos horas. Actualmente estamos en los sótanos del Estadio de los Juegos Mediterráneos y el horario es Lunes, Miércoles y Viernes de 20:30 a 22:30.
El precio es (en el momento de publicar este artículo, en 2012) de 30 euros mensuales. Además, hay unos pequeños gastos suplementarios de carácter anual para pagar la licencia federativa. Puedes venir a conocernos y a probar la práctica sin compromiso alguno.
3. Normas elementales
Si piensas venir a probar o si eres un principiante, no está de más repasar las más elementales normas de comportamiento en el dojo:
Vestimenta: Si vienes para probar, no es necesario que uses un «kimono». Un chándal o cualquier otra ropa deportiva cómoda es suficiente. Los kenshis (practicantes) visten un traje específico llamado dogi o kempogi. Lo que sí es exigible en cualquier caso es la limpieza de la indumentaria. Practicamos descalzos, pero se recomienda traer unas chanclas para el desplazamiento fuera del tatami y para la ducha. (Si quieres, te puedes duchar aquí). Opcionalmente, puedes traer una botella de agua para beber y una toalla pequeña para secarte el sudor.
Higiene Personal: Debería sobrar mencionarlo, pero nunca está de más un recordatorio. En una disciplina en la que estamos en estrecho contacto físico, la higiene personal es inexcusable y la falta de ella supone un desprecio hacia los compañeros que tengan que «sufrirnos». Especial atención requieren las uñas de manos y pies, no sólo por su limpieza sino por su longitud. Unas uñas largas pueden provocar heridas con suma facilidad.
Adornos y Accesorios: Con carácter general se debe evitar todo tipo de adornos, accesorios y complementos. Si se usan pendientes, deben ser lo suficientemente pequeños para que no se puedan enganchar con nada (que no quepa dentro un meñique). Quien tenga el pelo largo debe llevarlo recogido con una felpa o con un coletero. No se pueden usar otro tipo de pinzas, horquillas, etc, que puedan provocar accidentes. Si se usan gafas y se consideran necesarias para practicar, deberían ser de cristales seguros que no puedan causar lesiones en caso de rotura. También se recomiendan monturas flexibles a prueba de golpes.
Comportamiento: El instructor te enseñará la forma correcta de saludar, de permanecer durante las explicaciones, de dirigirte a los demás, etc. Es obvio que los aspectos formales no se te pueden exigir hasta que te los hayan enseñado. Sin embargo, la actitud depende de ti desde el primer momento. ¿Qué deberíamos poder esperar?
- Atiende a tu alrededor. «Donde fueres haz lo que vieres», dice el refrán. Pues bien, procura imitar a los demás, especialmente a los que llevan un cinturón negro. Así te darás cuenta de que debes saludar al entrar o salir del tatami, que debes dejar tus chanclas o zapatillas alineadas al borde del mismo, etc. Durante la práctica, te situarán detrás de alguien más avanzado. Trata de imitar sus movimientos: Así no te perderás y empezarás a aprender.
- Mantén una actitud respetuosa. Respetuosa, no forzada. No se trata de tener miedo o un respeto reverencial hacia nadie. Actúa con naturalidad. En el dojo todos somos compañeros y tratamos de avanzar ayudándonos los unos a los otros. El respeto se demuestra escuchando las explicaciones, haciendo las cosas lo mejor posible, manteniendo la atención, etc.
- No estés tenso. Ya debe haber quedado claro que el Shorinji Kempo es lo contrario al «matonismo», a la competición o la violencia. Por tanto, disfruta de la práctica. Relájate y no mantengas tensión. No quieras hacer las cosas con fuerza. No te sientas amenazado: Tu compañero de práctica está para ayudarte. No es tu rival.
Cómo entrenar las técnicas en Shorinji Kempo
Este artículo no es más que un intento de ordenar de manera sencilla y comprensible la metodología que debemos emplear en el entrenamiento diario a la hora de estudiar las técnicas (Hokei) del Shorinji Kempo, en nuestra sección.
En este pequeño estudio, intento plasmar la imprescindible conexión entre el cómo y el qué pretendo conseguir de la manera más óptima, a través de unas pequeñas pautas.
El resultado ha sido mucho más extenso de lo que pretendía, espero que lejos de aburriros, encontréis elementos que os resulten prácticos a la hora de mejorar el rendimiento de vuestro esfuerzo.
Introducción:
Si observamos los diferentes métodos de entrenamiento del Shorinji Kempo encontramos 4: Kihon, Hokei, Embu y Randori. Podríamos decir que el orden expuesto anteriormente es progresivo (de menos a más), es decir, primero hay que dominar las unidades más pequeñas (Kihon y Hokei) para poder realizar combinaciones complejas (Embu o Randori).
Por hacer un símil con el lenguaje, podríamos decir que el kihon está compuesto por las letras y sílabas, el Hokei (las técnicas) serían las palabras, el Embu serían las frases bien construidas, y el Randori sería la capacidad de decir lo adecuado en el momento justo.
En primer lugar hay que determinar que nos centraremos sólo en el estudio de las técnicas, dejando por ahora de lado la metodología específica para el estudio del Embu o del Randori. Tampoco abordaremos el Kihon, pues normalmente se realiza de forma dirigida, por lo que la metodología en su estudio queda establecida por el instructor de forma muy directiva.
Sin embargo, durante el tiempo dedicado en cada clase al estudio de las técnicas, el instructor normalmente debe atender y dar indicaciones a diferentes kenshis repartidos por la sala, y realizando cada uno sus técnicas correspondientes, de manera que estos quedan con mucho tiempo de entrenamiento sin supervisión, por lo que es conveniente que cada kenshi sea consciente de cómo sacar la mayor rentabilidad a ese tiempo, con las importantes ventajas que supone el empleo de una buena metodología: progresión equilibrada, más rápida y mayor motivación.
Metodología
En esta exposición trato de establecer unas líneas metodológicas básicas y comunes a todas las técnicas. Pero debemos entender que cada técnica y cada persona es diferente. Los principios que emplean algunas técnicas y las dificultades que a cada persona le supone pueden ser muy diferentes, requiriendo metodologías o indicaciones específicas; En ajustar lo válido para la generalidad a lo necesario para la individualidad, es donde reside uno de los aspectos importantes en el trabajo de un buen instructor.
En cualquier caso, estas líneas son las mínimas, es decir, según el talento de cada uno se precisa aumentar más o menos el número de repeticiones. Cada una de las tandas de repeticiones se deberán realizar tantas veces como sea necesario, cada uno de los días que corresponda practicar una determinada técnica.
Como norma general, tampoco está de más decir que tan malo puede ser correr demasiado como quedarse estancado en alguna de las etapas del aprendizaje.
Fijar objetivos
Antes de establecer la metodología, es decir: elegir los ejercicios y las formas de realización más adecuados; debemos comprender los objetivos que pretendo conseguir con la práctica.
Está claro que el objetivo final es dominar una técnica concreta pero, ¿Cuándo creo que tengo dominada una técnica? Podríamos decir que el dominio de una determinada técnica implica que se ejecuten los movimientos técnicos correctamente, con fluidez, velocidad, con aparente poco esfuerzo, elegancia y siendo capaz de aplicarla en casi cualquier circunstancia y a casi cualquier persona.
Así pues, vamos a determinar varios sub-objetivos o factores a desarrollar en el entrenamiento. A estos factores les ponemos nombre y los ordenamos en fases o etapas que faciliten un aprendizaje progresivo, quedando de la siguiente manera: fluidez, velocidad, aplicación y dominio.
Lógicamente, cada uno de estos objetivos se puede desgranar en otros más pequeños, como coordinación, asimilación, etc. Pero nos centraremos en estos 4 para que resulte más sencillo y no extendernos en exceso.
Fase 1. Fluidez
La fluidez requiere comprender los movimientos de forma global, identificar las claves de la propia técnica o las dificultades propias, coordinarlos, ejecutarlos de forma continua y asimilarlos.
Conforme avanzamos en la fluidez, atenderemos a aspectos técnicos como los 5 principios del atemi, descubrir los principios físicos que esconden cada una de las técnicas, etc.
1. Predominará la realización de las técnicas de forma repetitiva, realizando tandas de cómo mínimo 30 repeticiones en cada uno de los roles (ataque y defensa, lado izquierdo y derecho), muy lenta al principio, sin atender demasiado a los detalles. Prestaremos especial atención a los movimientos de los pies y a la coordinación gruesa de nuestro cuerpo. Hay que realizar tantas tandas como sea necesario para que lleguemos a ejecutar las técnicas con fluidez.
2. Identificaremos las claves de la técnica (o nos vendrán dadas por el instructor) y las dificultades propias en la ejecución. Repetiremos los movimientos insistentemente de forma aislada. Una vez dominada la clave o dificultad, volveremos a realizar la técnica completa. Actuaremos de forma igual con cada una de las dificultades. Para buscar un ejemplo estableceremos un símil con una máquina; cuando ésta no funciona correctamente, localizamos dónde está el fallo, extraemos una pieza que no funciona bien, la reparamos, la volvemos a introducir en la máquina y comprobamos que funciona.
3. Saber incorporar las correcciones. Dentro de la ejecución completa de una técnica, debemos prestar especial atención a las correcciones del instructor e incluirlas en la serie de movimientos. Hacerlo de forma gradual, es decir, incluir el número de correcciones que sea capaz de asimilar en cada repetición (repetir con inteligencia e intención).
Fase 2. Velocidad
En esta fase prestaremos especial atención al aumento de la velocidad de ejecución. Al aumentar la velocidad debemos prestar especial atención a la seguridad. Teniendo en cuenta que dentro de una misma técnica algunos movimientos tendrán una velocidad diferente a otros (ejemplo una torsión de muñeca será más lenta que otros movimientos de esquiva, golpeo o desplazamientos).
1. Seguirá predominando la ejecución repetitiva por roles, pero en series más cortas (4 ó 5 repeticiones)
2. Incluiremos cada vez más las repeticiones alternativas en cuanto a los roles de ataque y defensa.
3. Las repeticiones las ejecutaremos con la mayor velocidad posible que nos permita la habilidad y coordinación adquiridas, es decir, no perderemos el control, aunque debemos acercarnos mucho a ese punto.
4. Tendremos especial cuidado en no aplicar una fuerza excesiva en esta fase, pues empieza a existir un considerable factor de riesgo de lesión.
5. Una vez adquirida una buena velocidad, es conveniente volver a bajar la velocidad de ejecución para incluir el kiae, para de nuevo aumentar la velocidad progresivamente.
6. Hacia el final de esta fase podemos incluir la práctica con protecciones. De la misma manera que cuando introducimos el kiae, reduciremos un poco la velocidad de ejecución al principio (como norma, reduciremos la velocidad cada vez que incluimos un elemento o factor nuevo).
Fase 3. Aplicación
En esta fase aumenta aún más el factor de riesgo de lesión. Debemos utilizar protecciones y cuidar cualquier recurso o medio para evitar daños y accidentes.
El Shorinji Kempo es un GYO, nunca debemos anteponer la progresión individual a la salud propia o de otro kenshi.
En esta fase prestaremos especial atención a aspectos de habilidad y percepción en la aplicación de las técnicas, aspectos tales como la oportunidad y la distancia en el ataque y en la defensa, la toma de iniciativa (Sen), estudiar las reacciones del oponente, velocidad de reacción, etc.
1. Trabajar de manera intensiva en periodos de tiempo pequeños (tandas de 10 minutos como máximo por técnica), tanto por roles como de manera alternativa. Evitar las cadencias cíclicas en el ritmo de las repeticiones (intervalos irregulares y cambios de guardia). Sería algo así como realizar un combate con una sola técnica. Realizar el entrenamiento con el mayor número de compañeros posible.
2. Ir reduciendo progresivamente los tiempos de trabajo a fin de evitar el acomodamiento de nuestra mente, la concentración y los sentidos a la situación de entrenamiento.
3. Se debe pretender que el mayor número de técnicas realizadas con éxito se produzcan al inicio de cada entreno. Si hay pocos aciertos al inicio del entrenamiento y muchos al final, significa que no tenemos una buena capacidad de aplicación y que debemos trabajar más este aspecto hasta que el 100% de las veces la aplicación sea exitosa, nuestro objetivo ha de ser que las técnicas salgan a la primera.
4. Complementar el estudio de cada una de las técnicas a través de otros métodos: Embu y/o Randori.
Fase 4. Dominio
Cuando observamos a un Maestro ejecutar una técnica, percibimos elegancia en sus movimientos, sin embargo, en otros kenshis no encontramos esa misma gracia, pese a que su ejecución pueda ser también muy correcta.
La elegancia en la ejecución es la consecuencia del dominio de la Técnica.
El domino se alcanza realizando las fases anteriores de forma correcta y ajustada a cada kenshi, con constancia y esfuerzo. Hay que tener en cuenta que el avance en una sola técnica no es significativo en cuanto a la elegancia o el dominio, pues es el conjunto de las técnicas lo que aporta el conocimiento de los principios técnicos, las habilidades y las destrezas necesarias para ejecutar las técnicas con naturalidad y elegancia.
En la elegancia técnica también influyen factores fisiológicos y psicológicos. Éstos factores se superan a través del conocimiento y la experiencia que aporta la práctica.
Hay dos claves necesarias para alcanzar el dominio:
1. Realizar las 3 primeras fases metodológicas con el mayor número de compañeros posible para aumentar el bagaje de experiencia personal, así como nuestra capacidad de adaptación.
2. Instruir a otros en cada una de las técnicas. Ser capaz de expresar indicaciones útiles para los demás a través del ejemplo correcto o las palabras precisas denota que se ha interiorizado un profundo conocimiento de la técnica.
Carlos G Perals
Almería Shibucho
Pensamiento a la intemperie
Cuando a veces vuelvo a casa andando por el paseo marítimo, y voy pensando, alternando pensamientos, losa tras losa, hablando interiormente conmigo mismo, no tengo frío.
Un día, levanto la vista, y miro entonces el horizonte, escucho las olas romper y siento caer cada paso que doy. El pelo se me mueve y, de pronto, tengo frío.
No es que venga el frío primero, y eso me hace mirar arriba, sino que me digo a mí mismo ¿qué siento? y siento frío.
Quisiera trasladar esta misma reflexión a la práctica marcial del Shorinji Kempo. Hay un frío, a la hora de hacer cada técnica, que no es frío, sino temblor de incertidumbre. Y luego está el frío verdadero, que apenas lo hemos sentido, realmente, que se cuela por el cuello de la camisa y por la espalda entra hasta los huesos. Éste último es el que te resfría.
Quisiera comparar la solitud de una playa, en la que también existe el miedo, con la página en blanco en la comenzamos cada técnica nueva. Creemos que está en blanco, pero sin embargo se parece mucho a otras que han terminado llenas.
Todo movimiento del cuerpo comienza en la mente. Observamos y tenemos la posibilidad de actuar en el mundo. En el desarrollo por el que conducimos el conocimiento ha de expandirse en todas direcciones, puesto que abocan al mismo fin, expresado por el fundador en el Chinkon.
Las técnicas pueden variar en cuanto a complejidad, recursos, formas, tiempos, se pueden diferenciar por juho, goho y seiho; pero el objetivo que persiguen es un conocimiento positivo del cuerpo humano, que redunde en última instancia en ese plano entrelazado de corporeidad y mentalidad.
Uno de los principios, de los que hablaba Kaiso So Doshin, es Ken Zen Ichinyo: Mente y cuerpo son uno, dijo el fundador, entroncando con el budismo Chaan. Percibir es cosa de los dos, actuar cosa de más, también de los demás, más allá de la estrecha idea del “yo”. De esta manera cuando ando de noche por la playa no sólo pienso que ando, sino que también camino con la mente, proponiéndome un lugar al que llegar.
Pablo L.P.
Sobre el Chinkon
El Chikon es la preparación de la mente. La mente debe quedar limpia de las preocupaciones cotidianas, para entregarse con concentración al aprendizaje del arte. A pesar de su apariencia, el Chinkon no es una práctica específicamente Zen, ya que aunque simboliza la parte Zen del Shorinji Kempo, realmente todas las actividades de la clase están imbuidas por ese espíritu; simplemente se trata de una rutina para llevar la mente a un estado de quietud que permita un aprendizaje y una actitud adecuados.
Durante el Chinkon se recitan tres textos (Seiku, Seigan y Shinjo) que aglutinan la filosofía del Shorinji Kempo. Estos tres textos se denominan conjuntamente Kyoten, y al recitarlos se expresa y reafirma la razón por la que se practica Shorinji Kempo.

Recitando los textos Kyoten
Entre el Seigan y el Shinjo, se hacen unos minutos de zazen a fin de limpiar la mente de pensamientos ajenos a la práctica y llevar la conciencia a un estado de serenidad y concentración apropiado para un aprendizaje efectivo. Durante el zazen es importante mantener una respiración pausada, una postura correcta y una mente libre de pensamientos.

Los kenshi realizan zazen, poniendo énfasis en el control mental, postural y respiratorio
Entretanto es usual que uno o varios oficiantes corrijan la posición de la espalda de los kenshi con la ayuda del Shakujo.

La correción de la postura de los kenshi se realiza con toda ceremoniosidad
Más allá de la importancia vital de la respiración, se debe poner especial atención a su control. La expresión japonesa para designar a la respiración significa también “voluntad” o “ki”, ya que la respiración es la fuente del ki. Si la respiración se vuelve irregular, la mente desvaría. Así mismo, cuando la mente está trastornada, la respiración es irregular. Es por esta razón que durante siglos, el control de la respiración ha sido considerado el primer paso en el entrenamiento: regulando la respiración, la mente es controlada de manera natural.
Podemos decir que la respiración es el nexo de unión entre el cuerpo y la mente. Controlando la respiración alcanzamos la armonía entre cuerpo y mente.
Texto extraido del libro «Shorinji Kempo. El legado de los monjes guerreros de Shaolin» de Rogelio Casero.
Shibucho Rogelio Casero
Rogelio es el jefe de la sección Axarquía. Sección que aglutina además de los grupos de Torre de Mar, Granada y Madrid, el nuestro de Almería.
La compleja labor que supone la gestión y tutela de esos grupos ha sido por parte de Rogelio impecable. Esto es algo que le agradecemos enormemente.

Shibucho Rogelio Casero
No podía terminar este año 2008 sin hacer un pequeño balance, ya que han tenido lugar una serie de acontecimientos que seguro han supuesto un punto de inflexión para nuestro querido jefe de sección:
En primer lugar, este año ha sido el 30 aniversario de Rogelio en el Shorinji Kempo. 30 años de aventuras y vivencias dentro del Shorinji Kempo que no muchos conocen. Pero si cabe destacar que gran parte de esos años los ha dedicado a investigar muchísimos aspectos del Shorinji Kempo. Muchos de los conocimientos que atesoran los kenshis españoles de cualquier generación se los debemos a él. También ha dedicado gran parte de su energía a la difusión del Shorinji Kempo en España, pues hace unos años nadie conocía este arte marcial de complejo nombre. Otra aportación que sin duda pasa más desapercibida es la enseñanza. No sólo por lo bien que consigue transmitir su gran conocimiento, sino también por desarrollar metodologías para optimizar al máximo el esfuerzo y el rendimiento de los kenshis que estudian con él.

Rogelio junto a su esposa Isabel y sus alumnos de Torre del Mar
Otro acontecimiento de este 2008 ha sido su visita a Japón. Atravesar las puertas del Hombu ha supuesto para Rogelio cumplir un sueño que se ha demorado por diferentes circunstancias de la vida. Durante su estancia han sido muchas las impresiones que ayudarán a su incansable dedicación a la investigación. Apenas abrió la boca, Rogelio despertó un gran interés en algunos de los maestros por compartir sus conocimientos e inquietudes.

Rogelio Sensei en el Rensei Dojo
Por último, su reciente paso de grado. Rogelio obtiene el 5º Dan en Paris, examinado por Aosaka Sensei. Por fin, después de superar diversas trabas, obtiene su más que merecido 5º Dan, algo que en seguida revertirá en el beneficio de sus alumnos, pues como maestro pone todo su empeño, conocimiento y esfuerzo en el desarrollo de sus alumnos. Con su grado, edad y experiencia suda el dogi junto a kenshis o maestros de cualquier grado, con humildad y sencillez.

Rogelio Sensei. Juho Waza.

Rogelio Sensei. Goho Waza
Hecho este breve repaso a lo que ha supuesto el 2008 para nuestro querido Shibucho, sólo nos queda reconocer y agradecer una vez más su labor. Que en los años venideros podamos seguir disfrutando del resultado de sus estudios, sus enseñanzas, amistad y en definitiva, de su calidad humana.

Rogelio Sensei junto a su hijo Roberto
Con mucho cariño, de tus alumnos almerienses!!
Viaje al país del sol naciente
Carlos Perals es el instructor de Shorinji Kempo en Almería y Sergio Bueno uno de los alumnos avanzados del grupo de practicantes de esta disciplina marcial en nuestra ciudad.
- Edificio principal del Hombu
Este verano, los almerienses Carlos Perals y Sergio Bueno han viajado a Japón. El pasado 28 de julio llegaron a Tadotsu. Esta pequeña localidad se encuentra en la isla de Shikoku, al sur de Japón. Nada más llegar a la estación de tren se dieron cuenta de que se hallaban en la cuna del Shorinji Kempo debido a un cartel que señalaba a esta localidad como la sede de este arte marcial, y a un monumento erigido frente a la estación de tren en conmemoración a este arte y en honor a su fundador So Doshin.
Estos dos almerienses fueron en compañía del maestro Rogelio Casero y otros compañeros de Málaga y Madrid para asistir a un Summer Trainning Camp, que consiste en un curso intensivo de cuatro días con los maestros de más alto nivel en el Hombu, que es como se denomina a la sede central de la Organización Mundial del Shorinji Kempo.

Carlos y Sergio entregando un presente al maestro Kato
Para Carlos Perals este viaje ha supuesto realizar un viejo sueño que se remonta veintidós años atrás, cuando siendo un niño se inició en el aprendizaje de este apasionante arte marcial.
El calor ha sido sofocante y ha estado presente durante todos los días del viaje de Carlos Perals y de sus compañeros, haciéndoles sudar abundantemente antes incluso de iniciar las maratonianas sesiones de entrenamiento. A pesar de todo, esto no ha conseguido disminuir un ápice la ilusión y el entusiasmo de estos españoles al cruzar las puertas del Hombu y afrontar las casi ocho horas de entrenamiento diario, que pusieron a prueba su capacidad de resistencia física. Por otra parte, las interesantes explicaciones de los diversos maestros que compartieron su saber y su esfuerzo con este grupo de españoles consiguieron hacer olvidar el calor, el cansancio y las pequeñas lesiones propias de un entrenamiento tan intenso.

Sode Maki Gaeshi, Jardines del Hombu
Pese al idioma y a las diferencias culturales no han tenido ningún problema de comunicación, y han recibido un trato exquisito de todas las personas que han estado con ellos, independientemente del grado o cargo que desempeñasen. Los diferentes maestros les felicitaron en muchas ocasiones por el buen nivel técnico demostrado y les animaron a continuar progresando. Pero no sólo han recibido conocimientos técnicos, sino que también han experimentado muchas sensaciones sobre lo que es y lo que significa el Shorinji Kempo, es decir, amistad, cortesía, sentido del humor, respeto, superación…
Antes de continuar su viaje, ya con un carácter más turístico, Carlos Perals y sus compañeros tuvieron la oportunidad de asistir al festival de verano de la ciudad de Tadotsu, en el que algunos de los miembros del grupo acabaron bailando junto a la delegación de Shorinji Kempo local en una especie de desfile multitudinario.
Después de su viaje, Sergio Bueno regresa a Almería repleto de experiencias y sensaciones, que está deseando compartir con sus compañeros. Por su parte, Carlos Perals vuelve de Japón con un amplio bagaje de experiencias y conocimientos, que vienen a sumarse a su vasta trayectoria personal dedicada a transmitir a sus alumnos los fundamentos y sutilezas del Shorinji Kempo.

Exhibición de clausura

Carlos ejecutando Maki Gote en el Rensei Dojo